miércoles, 27 de abril de 2011

Jaguar



El trabajo del antropólogo había sido el mismo hasta finales del siglo XVIII: Un mirada científica e integradora que estudia al hombre en el marco de la sociedad y cultura a las que pertenece, pero los resultados de dichas observaciones siempre estuvieron disponibles solo para aquellos con conocimiento y poder. Sin embargo, con la invención del cine y el desarrollo de las películas antropológicas, el análisis estuvo, por primera vez, al alcance de todo público.
Las películas del cineasta francés Jean Rouch significaron una nueva dimensión en la interpretación de la antropología de pueblos africanos, pues su mirada revistió al continente mediante aquellos detalles que solo los que habitan ahí saben apreciar. En vez de posicionarse desde lejos, viendo todo desde la generalidad , sus filmes se centralizan en rasgos específicos y personales de la existencia Africana.
En Jaguar, Rouch nos cuenta la historia de tres amigos que salen de su aldea para emprender un viaje a Gold Coast en busca de aventura y experiencias, pero sobre todo, de dinero y bienes que poder llevar a sus lugares de origen. Así, la película, una road movie de la miseria (con una evidente estructura dramatica articulando todo), empieza con una voz en Off que, a manera de cuento de hadas, nos introduce a lo que va a pasar (Este recurso se usará durante toda la cinta, y se alterarán entre los protagonistas para contarnos lo que pasa, elección obligada del cineasta al tener que doblar por completo el film).
La cámara de Rouch juega un papel fundamental, pues acompaña a los amigos en su viaje, viviendo las mismas penas que ellos, y sin embargo es como si no estuviera ahí, pues salvo en contadas ocasiones, los personajes nunca ven directamente al lente, que se esfuerza en capturar los pequeños momentos que hacen del viaje algo único. Hay en especial interés del director en mostrarnos todo lo mágico que sucede entre la gente, pues el el filme vemos recolección de amuletos (como en la violenta escena del buitre degollado), la predicción del futuro y la creencia en fuerzas naturales que gobiernan el universo. Así, bien se podría afirmar que Jaguar es un viaje por clases sociales, trabajos, paisajes, pasatiempos, religiones y cuiades de un África que se nos quiere presentar como algo del pasado, que se niega a cambiar (Y aquí hay que preguntarnos si el nivel de desarrollo del continente no se merecía más atención, pues no todo es tan salvaje como parece ser).
Otra parte interesante de la película es la nula observación de la feminidad: A lo largo de noventa minutos nunca escuchamos a una mujer hablar, y raras veces son encuadradas, pues lo que contemplamos es, en definitive, una vision masculina del mundo.
Me parece especialmente importante el hecho de que, para la realización de sus películas, Rouch selecciona personal Africano, nativos del lugar que se forman como cineastas y antropólogos en un continente donde, en esa época, no existían escuelas de cine y el acceso a las universidades era, por ser amables, muy complicado.

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