domingo, 27 de febrero de 2011

Naked Spaces: Living is Round

Si hay una película en la que se vea el esfuerzo humano de llegar a lugares inhóspitos, es "Naked Spaces", la segunda película de Trinh T. Min-Ha. Tomando la cotidianidad como punto de partida, el filme enaltece las figuras del trabajo, el ama de casa, la armonía social y las relaciones del hombre con su entorno. El trayecto que nos presenta el filme es el mismo que realizó la directora por seis países de África, y la manera de narrarnos este viaje hacia lo más profundo de la "humanidad" es absolutamente poética. De nuevo nos topamos con una voz en off que interpreta las imágenes que vemos, fabricando una estructura no-lineal que, sin embargo, nunca llega a ser aburrida, pues el sonido no acompaña a la imagen, sino que la complementa y contextualiza. Existe también un trabajo creativo con la corrección de color, que incrusta tonos vibrantes y tintes con reminiscencias al cine de aventuras en blanco y negro. Esto es usado como analogía con el lugar, que reboza con colores vivos y alegres. Si, de acuerdo a la tradición africana, "el color es vida", entonces este film está muy vivo. De igual manera, la analogía se extiende a las formas geométricas presentes en la arquitectura y el diseño de las personas que habitan las aldeas: La cámara las imita cada que puede, y la edición remarca la geometría. El uso de la música es glorioso, y los sonidos son usados cual la mitología lo dicta, como "La voz de los ancestros"... Y sin embargo, los momentos más importantes de la película están en silencio, otro de los grandes recursos que nos afecta de manera sutil pero profunda.  El tema del documental voltea la vista hacia las supersticiones, y aborda la creencia humana en lo sobrenatural como un fenómeno puramente cultural.  También encontramos dejos de algo que podríamos llamar feminismo primitivo, que en esta cinta se marca por el enfoque de "apoyo a la mujer·... Y las interpretaciones son muchas, pues la cinta aborda también el tema de los signos, y se utiliza que el espectador recurra a la semiótica para dar un significado. No obstante, hay un tema claro, y es el de cómo la muerte, presente mediante la huella de nuestros ancestros en el mundo (los objetos que usamos a diario, el suelo, los árboles y los rituales) inunda nuestra vida y la hace mística. "Los muertos no están muertos"...

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